Autor: Sealtiel Enciso Pérez
Cuando los primeros europeos llegaron a las tierras de California, les sorprendió mucho las características físicas de sus habitantes. De inmediato se dieron a la tarea de hacer escritos detallados en los que daban cuenta de su complexión, estatura, color de piel, tipo de ojos, etc. en fin todo aquello que les permitiera describirlos a los europeos que estaban ávidos de noticias sobre lo que se fuera descubriendo en esta parte del noroeste novohispano.
En su libro “NOTICIAS DE LA PENINSULA AMERICANA DE CALIFORNIA” el jesuita Juan Jacobo Baegert hace una descripción bastante detallada sobre los rasgos físicos de la etnia con la cual él trabajo por espacio de 17 años, los guaycuras de la región de la Misión de San Luis Gonzaga Chiriyaqui. A continuación transcribo los datos:
“Los californios, muy parecidos a los mexicanos y otros habitantes de América en cuanto a su aspecto, se diferencian de los europeos por los rasgos siguientes: la piel, desde la cabeza hasta la planta de los pies, es color castaño-oscuro o color clavo de especia, pero en algunos individuos tira a negro y en otros a color de casca o cobrizo. Este color no les es, por decirlo así, innato, porque apenas se nota una diferencia entre sus niños y otros procreados por padres blancos cuando son presentados al bautismo, pero empieza a hacerse visible poco tiempo después del nacimiento y pronto se fija definitivamente.
El cabello es negro, como de azabache y enteramente lacio. Todos los hombres son imberbes y tienen las cejas poco pobladas; en cambio, en lugar de la capa cerosa con que nacen generalmente todos los niños, los de ellos nacen ya con cabello de medio dedo de largo. Sus dientes, a pesar de que nunca los limpian, ni nunca se lavan la boca, son siempre blancos, como de marfil. El ángulo de los ojos, hacia la nariz, no es agudo, más bien tiene forma redonda, como un arco.
Es gente de buena presencia y bien proporcionada, muy ligera y ágil; con los dos primeros dedos de los pies pueden agarrar piedras, huesos u otros cosas y levantarlas del suelo. Todos caminan, con muy raras excepciones, perfectamente erguidos aun hasta edad muy avanzada. Los niños, antes de cumplir su primer año, ya se paran firmemente sobre sus piernitas y caminan con soltura.
De los adultos, algunos son altos y fornidos, otros de estatura baja, como en cualquier parte del mundo, pero nunca encuentra uno entre ellos individuos verdaderamente gordos lo que se explica fácilmente con sus correrías diarias; simplemente, no tienen tiempo para engordar”.
Bibliografía:
NOTICIAS DE LA PENINSULA AMERICANA DE CALIFORNIA - Juan Jacobo Baegert
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