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LAS HERRAMIENTAS LÍTICAS DE LOS GUAYCURAS DE LA ENSENADA DE LA PAZ





Autor: Sealtiel Enciso Pérez

En la actualidad aún es relativamente frecuente que cuando se realizan excavaciones para construir grandes edificios en terrenos que durante años permanecieron baldíos, se encuentre una gran cantidad de herramientas líticas las cuales fueron utilizadas desde hace cerca de 2000 años por los grupos indígenas que se asentaron en esta región.

La elaboración, sobre todo de las puntas de flecha (pedernales) es probable que se haya realizando desprendiendo pedazos pequeños de las rocas que se encontraban en este lugar. La más utilizada es la denominada “piedra cantera rosa” la que tiene la particularidad de ser fácilmente manejable y que al partirla puede arrojar pedazos con aristas sumamente filosas y cortantes. La mayoría de estos objetos fueron manipulados a través de golpearlos con otras rocas más duras hasta darle consistencia y forma requerida. Su uso era principalmente para cortar y separar los moluscos de almejas, patas de mula, ostiones. También para hacer puntas de flechas y lanzas para atrapar venados, liebres, conejos, zorros, coyotes, aves y una vez cazados se les quitaba la piel o desmembraba utilizando cuchillos elaborados de este material.


También estos implementos filosos eran utilizados para extraer de la tierra  tubérculos como jícamas y camotes así como partir los agaves en el proceso de tatema. De otro tipo de piedra más porosa elaboraron metates, manos de metates y percutores en donde molían los granos que encontraban para hacer un polvo fino llamado “pinole”. Este alimento lo guardaban en sus bateas o en vejigas de animales para alimentarse de él cuando la caza era muy pobre. Los jesuitas presenciaron ciertos rituales que celebraban en estaciones del año estos indígenas y en donde procedían a hacer fogatas en las que arrojaban piedras de un color rojizo. Una vez que estas piedras estaban sumamente calientes las despedazaban en pequeños morteros y el polvo resultante lo mezclaban con grasa de animales y se lo aplicaban en el cuerpo. Ataviados de esta forma podían participar en bailes y ceremonias especiales. También estos pigmentos los utilizaban para pintar figuras en los murales de gran tamaño que aún se pueden apreciar en las cuevas de la sierra de San Francisco.


Se han conservado hasta la actualidad unos artículos de piedra llamados “chacuacos”. Estos objetos son tubos de piedra que fueron realizados de forma muy delicada y que les debió consumir mucho tiempo para su elaboración ya que los indígenas carecían de herramientas de metal. El uso de estos chacuacos era para fumar un tipo de tabaco salvaje que se daba de forma natural en los cerros alrededor de la bahía. Por lo general lo consumían en ceremonias fúnebres o bien cuando querían agasajar a algún invitado importante. También se utilizaba como alucinógeno y que sus consumidores pudieran participar, después de fumar una buena cantidad de hierbas, en rituales, bailes y ceremonias en las que se ponían en contacto con seres sobre naturales.


Finalmente cabe destacar la hipótesis que la sedentarización de estos grupos y el surgimiento de técnicas para fabricar todo este tipo de herramientas líticas dieron paso a la diferenciación en el trabajo y que algunos hombres con la fortaleza y las habilidades específicas se dedicaran únicamente a la fabricación de estas armas y herramientas.


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