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ENTRE EL ABANDONO Y LA INDOLENCIA LAS ESCULTURAS DEL MALECÓN DE LA PAZ





Autor: Sealtiel Enciso Pérez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este año se celebra el vigésimo aniversario de la colocación de la primera de la serie de hermosas esculturas que se han ido apostando en el malecón paceño. Verdaderas obras de arte que han venido a ser el deleite de los habitantes de este hermoso puerto así como de los miles de visitantes que llegan a nuestras cálidas playas año con año.

Las esculturas están diseminadas por todo el malecón desde la desembocadura de la calle Lic. Benito Juárez en donde se encuentra la escultura llamada “La barca de oro” a la cual los paseantes han también llamado “La aleta de tiburón”, la cual fue producto de la creatividad del escultor Francisco Gómez. Posteriormente encontramos la “Sirena con delfines” diseñada por la mano de uno de los mejores escultores de México, el Sr. José Kurí Breña. Esta hermosa escultura se dice está inspirada en el cuento de “La sirenita” de Hans Christian Andersen, está apostada en el cruce de la calle Ignacio Allende y Álvaro Obregón. Siguiendo el recorrido llegamos a la calle Antonio Rosales y ahí encontramos una hermosa estatua creada por la mano de Guillermo Gómez, titulada “El viejo y el mar”, siendo una de las favoritas de los paceños que acostumbran cotidianamente caminar por este sitio. Lo anterior seguramente motivado por el detalle que se aprecia en la confección del rostro, manos y demás partes de la escultura.

Unos metros adelante encontraremos la hermosa y colosal escultura llamada “Jesús del caracol” realizada por la artista María Eugenia Sánchez Cuevas. Es importante mencionar que esta escultura es la más alta y voluminosa de las 16 obras que bordean el malecón y que durante varios años estuvo sumergida en la bahía con el propósito de despedir a los que partían del puerto y deseando que llegaran con bien al final de su travesía. Esta fue la primer estatua que inauguró esta remodelación del malecón ya que se colocó en el año de 1998. Frente al muelle fiscal podemos apreciar a la siguiente escultura la cual se llama “La Perla” y es obra de Octavio González. Es importante mencionar que día con día cientos de turistas posan frente a ella para tomarse la obligada fotografía emblema de nuestra ciudad. Frente al callejón La Paz se encuentra la estatua “La reina de los mares”, surgida de las manos de la escultora Rocío Sánchez. Frente al restaurante “La terraza” del Hotel Perla encontramos la estatua “La ballena jorobada” esculpida por Octavio González, seguida de “La vaquita marina” de este mismo autor; a continuación la famosa “Paloma”, realizada por el talentoso Juan Soriano y que se ubica a un costado de la explanada del Kiosco del Malecón.


Más adelante apreciamos las esculturas de “Sirena con delfines” y “La mujer en nautilus” del escultor, zacatecano José Kuri Breña; de Salvador Rocha, los “Tiburones martillo” y la estatua homenaje a Jacques Couesteau. Finaliza este bello recorrido por el arte, las esculturas: “Lanzando la atarraya” de Octavio González, “Mantarraya” de Salvador Rocha y “El ancla” también de Octavio González.




Sin embargo el lado desagradable de esta situación lo constituye la vandalización de la cual han sido objeto estas esculturas prácticamente desde que fueron instaladas: robo de fragmentos e incluso de gran parte de su estructura, daño en su sistema de alumbrado sin que se haya intentado realizar reparaciones, rayonéo en su estructura como en las bases sobre las que se sostiene, mal o deficiente mantenimiento a través del lijado que dañó la pátina de varias esculturas, basura acumulada en su estructura o en su base, constante erosión debido a la acción humana al subirse en ellas para tomarse fotografías o simplemente “sentarse a descansar o jugar”, robo, daño y sustracción de partes o la totalidad de la placa de identificación de las diferentes esculturas, entre muchas otras más.

Es increíble la carencia de cultura cívica y respeto hacia estas obras de arte por parte de ciertos grupos de personas que escudados en el anonimato y en la penumbra, se han atrevido a robar parte de ellas o simplemente a vandalizarlas para adquirir notoriedad o simplemente “porque les place hacerlo”. Aunado a lo anterior el Municipio de La Paz, el Gobierno del Estado o agrupaciones de la Sociedad Civil tampoco sólo han promovido acciones de mantenimiento o reparación de los daños que han sufrido estas bellas obras de manera fortuita; y año con año podemos apreciar cómo se van deteriorando aún más. Hace unos meses pudimos ver con estupefacción a través de un video que circulaba por redes sociales, cómo la estatua “El ancla”, o lo que queda de ella después de haberse robado una buena parte de su estructura de bronce, había sido tirada de su pedestal, y un grupo de trabajadores de Servicios Públicos del Municipio de La Paz la volvieron a colocar en su sitio.





Hago un llamado desde este espacio para despertar la conciencia de la ciudadanía y denuncien a los delincuentes que vandalizan estas hermosas obras y; que se promueva un esfuerzo compartido entre sociedad y gobierno para resarcir el daño que estas esculturas han sufrido, antes de que sea demasiado tarde.

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