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Sublevación de los Californios en 1703. Conversión y muerte del incitador en Loreto



Naturales del noroeste novohispano luchando contra la dominación colonial

Autor Sealtiel Enciso Pérez

Fue muy interesante conocer la forma en la cual los jesuitas trataban de impresionar a los naturales conversos (o catecúmenos) para que se apegaran a la nueva fe de forma cada vez más consistente. Un ejemplo de ello lo dio el sacerdote Juan María de Salvatierra durante el año de 1703 que aprovechó el festejo de Corpus para realizar una serie de ceremonias de la forma más solemne posible a efecto de impresionar a su grey. Siendo el día definido reunió a todos los habitantes del poblado de Loreto e inició una procesión haciendo uso de todos los colonos que ya conocían la forma en que se celebraba en el interior de la Nueva España. Para fortuna del sacerdote, todos los convocados cumplieron adecuadamente su papel lográndose una impresión más que favorable entre los conversos.

También eran frecuentes las sublevaciones de parte o la totalidad de tribus que habitaban en los alrededores de las Misiones y que aún no se habían convertido a través del bautismo. Fue en esa misma fecha que un grupo de estos naturales no conversos se amotinó y se avalanzó con furia sobre los pobladores de San Francisco Javier Vigge Biaundó, asesinando a todos aquellos que se habían bautizado, destruyendo la iglesia y sólo salvaron la vida un puñado que se refugió en la casa de los soldados. Una vez que tuvieron conocimiento del hecho los soldados del presidio de Loreto marcharon hacia el poblado de San Francisco Javier buscando castigar severamente a los culpables. En el trayecto se enfrentaron contra ellos y lograron matar a varios incluyendo entre ellos a uno de los instigadores.



Imagen ilustrativa de un indígena en pleno combate

Sin embargo los indígenas en su mayoría huyeron hacia la sierra de la Giganta y no quisieron perseguirlos por temor a ser emboscados. Los españoles convencieron a los naturales que hicieron prisioneros que los soltarían si les entregaban al cabecilla que había logrado escapar. A los pocos días lo apresaron y se los entregaron. Fue así como se inició un rápido proceso que culminó con la sentencia de muerte del prisionero. Es interesante constatar que al leer los registros dejados por los jesuitas, éstos trataron de "maquillar" los hechos alegando que intentaron convencer a los soldados de no asesinar al pobre rebelde, sin embargo al no ser escuchado lo único que lograron fue que se le concediera el ser bautizado antes de darle muerte. En las cartas del hecho se lee que el mencionado californio se convirtió de buen agrado y que incluso "pidió ser muerto para así expiar sus pecados". Obviamente este hecho finalizó con la muerte del cabecilla y el sentimiento generalizado de humillación y represión para todos los Californios que supieran del hecho.

Fue también por estas fechas que tres barcos de aventureros españoles que viajaban hacia la península de forma ilegal para pescar madreperlas, naufragaron por causa de una gran tormenta y al final llegaron hacia Loreto en donde fueron alimentados por varios meses con las escasas provisiones que ahí disponían. Al final los náufragos partieron pero dejaron tras de sí un pueblo en la hambruna total. Son interesantes los desgarradores relatos del año de 1704 en donde se cuenta que debido a la gran escasez de alimentos en la California la empresa de la conquista de las Californias estuvo a punto de ser abortada y que de no ser por los alimentos que milagrosamente les llegaban de Sonora y Sinaloa no hubiera podido resistir. 


Las grandes dificultades que se tenían para conseguir y transportar alimentos era que se descomponían (pudrían) fácilmente durante el trayecto. En ocasiones esto se debía a que se mojaban por el agua que entraba a las bodegas de los barcos o a causa del calor excesivo en el almacén que se tenía en el presidio de Loreto.

Bibliografía

Historia de la Antigua ó Baja California  - Francisco Javier Clavijero




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