Durante la rebelión de los pericúes en el año de 1734 muchos Californios murieron. La mayoría de los naturales que fueron ultimados formaban parte de la bando que se rebeló contra el dominio de los jesuitas y de los colonos europeos, pero también hubo muertos entre aquellos que se habían convertido a la nueva religión, a los cuales los sacerdotes jesuitas llamaban catecúmenos, para diferenciarlos de los "gentiles" que eran los aún no conversos. Paradójicamente los Californios insurrectos fueron quienes dieron muerte a sus paisanos como castigo por haber abandonado sus costumbres ancestrales. También en el bando de los soldados hubo bajas las cuales fueron muy contadas, pero se dieron.
Un episodio que nos narra el sacerdote Miguel Venegas en sus escritos que se compilados en una serie de tres volúmenes titulada "Noticia de la California y de su conquista temporal y espiritual hasta el tiempo presente" fue la manera en que se ultimó al soldado que estaba asignado a la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz y que en el tiempo de la rebelión estaba dirigida por el sacerdote escocés William Gordon. Este militar llevaba por nombre Manuel Andrés Romero.
Se dice que en el verano de 1734 el sacerdote Gordon tuvo que apoyar a sus hermanos misioneros Carranco, Tamaral y Taraval en la conducción de sus misiones puesto que se les hacía muy pesado el llevar a cabo los servicios religiosos así como el desempeño de sus Misiones y más tomando en cuenta el carácter belicoso y levantisco de los "pericos" como despectivamente llamaban a los Pericúes. Debido a lo anterior el soldado Romero quedó completamente a cargo de la vigilancia y cuidado de la misión en espera del regreso del sacerdote responsable.
La rebelión de los pericúes dio inicio en el mes de octubre con el asesinato de los sacerdotes Carranco y Tamaral, sin embargo antes de que esto pasara y basados en la experiencia y el temor tan grande que tenían por las armas de los soldados, lo primero que hicieron fue dar muerte a los soldados que tenían de escoltas en las misiones. Al primero que asesinaron fue a uno de los soldados que auxiliaba al padre Taraval en la Misión de Santa Rosa de Las Palmas (hoy Todos Santos) y posteriormente prosiguieron con el soldado Manuel Andrés de la misión del Pilar de La Paz.
Se ignora cómo fue que asesinaron a Romero. El sacerdote Miguel Venegas comenta que un soldado que fue enviado a la misión de "San Joseph" (San José del Cabo) para asistir al sacerdote Tamaral, al ver varios indicios de una probable rebelión por parte de los Californios, y de hacer desesperadas advertencias al sacerdote Tamaral para que huyera con él a una Misión más segura, decide regresar a Loreto y para ello pasa por la Misión de La Paz, en donde describe lo siguiente: "se encaminó a la bahía de La Paz. Allí hizo de lejos la salva acostumbrada con el arma de fuego, y nadie le respondió. Acercóse a la casa, gritó al soldado; pero no respondía, ni halló indio alguno de quien tomar razón. Entró en la casa y vio algunos rastros de sangre, la maleta tirada, esparcidos y destrozados algunos trastillos: y conociendo bien por estas señales la muerte dada a Romero, soldado de escolta, huyó con diligencia, lleno de miedo a la misión de Dolores, que dista más de sesenta leguas por tierra."
No se sabe qué pasó con el cuerpo del Soldado, seguramente los Californios lo enterraron o quemaron con el propósito de no despertar sospechas de la insurrección que se estaba preparando.
Bibliografía:
Miguel Venegas "Noticia de la California y de su conquista temporal y espiritual hasta el tiempo presente"
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