Autor: Sealtiel Enciso Pérez
Conforme los pueblos van abandonando su estructura primigenia y se convierten paulatinamente en ciudades, sus habitantes y autoridades de gobierno empiezan a embellecer sus calles a través de edificios majestuosos, jardines y sobre todo por estatuas ubicadas estratégica e incluso simbólicamente en diferentes puntos de su geografía. Tal es el caso de la inmensa estatua que representa al “Siervo de la nación”, a don José María Teclo Morelos Pérez y Pavón, mejor conocido como José María Morelos y Pavón, y que se encuentra en esta ciudad de La Paz, Baja California Sur.
Pocas personas saben que esta estatua cuenta ya con más de 78 años de que fue construida. Esta hermosa pieza escultórica fue encargada para su manufactura al escultor Guillermo Ruiz Reyes, originario de la ciudad de México. El Coronel Rafael M. Pedrajo, el cual fungió como jefe de gobierno y militar de nuestro territorio en los años de 1938 a 1940, fue el encargado de realizar las gestiones para el diseño, confección y financiamiento de la obra. El Escultor Ruiz Reyes fue el que esculpió la estatua colosal de Morelos, de 40 metros de alto, y que se encuentra en la isla de Janitzio, Michoacán.
La estatua que se encuentra en La Paz, fue realizada en bronce. Este monumento consistía en 2 grandes partes. La primera de ella era una placa de aproximadamente 1 metro cuadrado en donde estaba grabada en relieve, la escena con la que quedó inmortalizado para la posteridad este caudillo del sur de México durante la lucha por la independencia nacional. Nos referimos al momento en que Morelos Y Pavón hace entrega del documento titulado “Sentimiento de la Nación” a un cuerpo legislativo que recibió el título de “Congreso del Anáhuac” y que durante los meses de septiembre y noviembre de 1813 se reunieron en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, para crear la primera Constitución de México. Esta constitución fue promulgada en la ciudad de Apatzingán el 22 de octubre de 1814. Para aquellos que tuvimos la oportunidad de admirar de cerca la placa, era una hermosa representación magistralmente elaborada por su creador.
La estatua que representa al Generalísimo Morelos mide aprox. 4 metros de altura. Representa a nuestro caudillo portando con gallardía su uniforme militar del ejército insurgente, con su mirada altiva y gesto adusto, viendo hacia el sur, hacia la tierra que lo vio nacer. Sobre la parte superior de su cabeza lleva atado un paliacate, con el cual es representado en un sinnúmero de cuadros y estatuas. Cubren su espalda un largo capote el cual le llega hasta los tobillos. Sus manos descansan sobre la empuñadora de un mandoble (término para describir a una espada de gran peso, de hasta 4 kg, y grandes dimensiones (de 2 a 2,5 metros de largo), que debe ser manejada con ambas manos para hacerlo con velocidad). La punta de esta espada descansa en el suelo, entre sus piernas. Al observar esta pieza escultórica muchos sentimientos sobrecogen al espectador: admiración, respeto, orgullo, honor, felicidad, alegría, etcétera.
Originalmente el conjunto escultórico (placa y estatua) fue colocado en una columna que se encontraba en el centro de una glorieta localizada en las calles de 5 de mayo y Lic. Primo de Verdad. Cuentan que eran frecuentes los accidentes automovilísticos en el lugar ya que por falta de precaución se impactaban contra este sitio. Fue en el año de 1961, durante el mandato del general Bonifacio Salinas Leal, gobernador del territorio, que se construye un pequeño parque en honor de este héroe, en el cruce de las calles 5 de febrero entre Calzada Agustín Olachea y Forjadores de Sudcalifornia, a donde fue trasladada toda la obra escultórica. Frente a este parque se construyó un edificio que en ese tiempo, y hasta la fecha, albergaría a la Escuela Secundaria que porta el nombre del Siervo de la Nación.
Durante muchos años fue costumbre que las autoridades educativas de la secundaria “José María Morelos y Pavón” llevaran a grupos de alumnos a tomarse fotografías a un costado o frente a este monumento, asimismo se realizaron diversos actos cívicos y militares en conmemoración de los aniversarios luctuoso y del natalicio de este gran héroe. Tristemente, hace aproximadamente unos 4 años fue sustraída la placa que tenía el relieve y hasta la fecha se ignora su paradero.
Como podemos darnos cuenta en nuestra ciudad se encuentran una gran cantidad de sitios y monumentos con una gran trascendencia, Realizados por artistas de reconocida fama nacional e internacional. Sólo basta la mirada interesada y aguda para descubrir lo que encierran en su historia. Este breve relato es también un llamado a que cuidemos de estas obras, a que las respetamos y evitemos su daño y deterioro. Que sea nuestro legado respetuoso a las generaciones venideras.
Bibliografía:
La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolo emblemático – Profr. Gilberto Ibarra Rivera.
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