Pie de foto: Página de la Secretaria de Salud de Baja California Sur
Autor: Sealtiel Enciso Pérez
El noble arte de la curación es algo que siempre ha sido valorado por todas las culturas desde tiempos antiquísimos. Sus practicantes: curanderos, chamanes, como se les denominaba en la antigüedad; doctores, médicos como se les llama ahora, gozan de una gran reputación y por lo general se les tiene en gran estima, sobre todo a aquellos que ejercen fu profesión de forma desinteresada y aún a costa de su propia salud o bienestar.
A nivel mundial el día del Médico se celebra el 3 de diciembre, en honor a Carlos Juan Finlay Barrés, médico y científico Cubano que descubrió que la transmisión de la fiebre amarilla era ocasionada por un vector intermediario como el mosquito Aedes aegypti. En agosto de 1956 Argentina se adhirió oficialmente a la conmemoración, a iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina y oficializada por decreto del gobierno nacional.
En México el día del Médico se conmemora el 23 de octubre, teniendo la fecha singular importancia debido al acontecimiento que se trata de rememorar. Durante una Convención de Sindicatos de Médicos Confederados de la República Mexicana, en el año de 1937, se fijó en esa fecha para hacerlo coincidir con la creación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833, antecedente de la actual Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Luego de la clausura de la entonces Universidad Nacional y Pontificia y de la Escuela de Cirugía por decreto del Presidente Valentín Gómez Farías, el cual también era médico. La creación de dicho Establecimiento fusionó las carreras de médico y de cirujano.
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El origen de la medicina estuvo aparejado al surgimiento de los primeros seres humanos. La necesidad de curar sus heridas y enfermedades; y de preservar la buena salud, los llevó a conocer y utilizar en su provecho lo que tenían a la mano y les podía ofrecer su medio: plantas, minerales, animales, etc. Con el paso del tiempo surgió la necesidad de que ciertos integrantes de la comunidad se adiestraran en el arte del uso de diversos elementos de curación, a estos individuos se les llamó chamanes, curanderos, hechiceros o como aquí en la Antigua California, “wamas o guamas”. Algunos de los grandes iniciados de la antigüedad en el arte de la curación han trascendido hasta nuestro tiempo y son recordados por el bien que hicieron a sus pueblos: Hipócrates, Aristóteles, Asclepio, Galeno, Abulcasis, Avenzoar, etc.
El símbolo por el cual se reconoce mundialmente la medicina, y por antonomasia a los médicos, es el báculo o vara de Asclepio (para los griegos) o Esculapio (para los romanos). Este es un antiguo símbolo asociado con el dios griego Asclepio y con la curación de enfermos mediante medicina. Consiste en una serpiente entrelazada alrededor de una vara larga. El nombre del símbolo deriva de su precoz y extensa asociación con Asclepio, hijo de Apolo, quien era un practicante de la medicina en la antigua mitología griega. Sus atributos, la serpiente y la vara, a veces por separado en la antigüedad, se combinan en este símbolo. La vara es el símbolo de la profesión médica, y la serpiente, que muda periódicamente de piel, simboliza, por lo tanto, el rejuvenecimiento.
La palabra “Medicina” tiene su significado en la palabra griega “Mederi” que significa “CURAR”. Es la ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano, e implica ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades. La medicina forma parte de las denominadas ciencias de la salud. En baja California Sur han sido muchos los grandes Médicos a los cuales les debemos la salud de muchos de nuestros ciudadanos, y por qué no decirlo, también la vida. Algunos de los Médicos que han destacado en su profesión son: Dr. Carlos Estrada Ruibal, Dr. José Torre Iglesias, Dr. Enrique Von Borstel, Dr. Cirilo Mondragón (muy querido en la comunidad de Santiago, B.C.S.), Dra. María Teresa Sánchez Aguilar, Dr. Diogenes Sánchez Zuñiga, Dr. Francisco Cardoza Carballo, y tanto otros nombres que escapan a mi memoria pero que merecen igual homenaje.
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Sea este breve escrito un homenaje para todos estos hombres y mujeres que día a día aplican sus conocimientos y dejan sus mejores años en los hospitales para que nuestros hijos, padres, esposas y todos los ciudadanos podamos gozar de cabal salud. Ningún homenaje será suficiente para retribuir sus desvelos, cansancio y preocupación, pero sepan que en cada uno de sus pacientes siempre tendrán el más profundo agradecimiento. Hace más de 1800 años se escribió un bello juramento, que según se dice, todos los Galenos (médicos) deben de seguir pues marca los principios éticos y el compromiso moral de su profesión. Sólo transcribiré aquí un fragmento como un recordatorio perenne de aquello que ha hecho grande, querido y respetado a todo el que se dedique al hermoso campo de la praxis Médica: “Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aún cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. Mantendré mi vida y mi arte alejado de la culpa. Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro”.
Bibliografía consultada:
https://www.insp.mx/avisos/3430-dia-medico2014.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Día_del_Médico
https://es.wikipedia.org/wiki/Medicina
http://www.bioetica.org/cuadernos/contenidos/hipocrates.htm
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