Autor: Sealtiel Enciso Pérez
La ciudad de La Paz siempre ha sido un sitio enigmático, lleno de historias y sucesos que asombran a propios y extraños. Una de estas historias se remite a la existencia de una compañía que dio prestigio a nuestro territorio no solo en nuestro país, sino también en el extranjero, tanto por la calidad de sus productos como por el famoso equipo de beisbol que patrocinara, me refiero a la Tenería “Suelas Viosca”.
A principios del siglo XX, aún no se precisa si fue en el año de 1902 o 1903, se estableció una sociedad entre 3 de los hombres más acaudalados de la ciudad, los Sres. Santiago Viosca del Solar, Antonio Ruffo Santa Cruz y W. H. Rocholl. El propósito de esta sociedad era comercializar las pieles del ganado vacuno, las cuales se desperdiciaban en su mayoría. El curtido de pieles en ese entonces era de tipo artesanal y basado en técnicas heredadas por las antiguos Misioneros Jesuitas que iniciaron la colonización de la California.
Para construir los talleres donde se llevaría este trabajo se escogió un gran terreno de 40 mil metros cuadrados, el cual colindaba con la granja “Los 4 molinos”, al sureste del puerto. En ese entonces para llegar a ese sitio se tenía que caminar por 2 largas horas desde el centro histórico de la ciudad hasta la Tenería. Las instalaciones constaban de un patio, varios pozos y pilas, un sistema de desagüe y un edificio de ladrillo donde se instalo una chimenea de ladrillo, la cual aún se puede observar desde muchas manzanas a la redonda.
La Tenería, que es el nombre que se le da a la fábrica donde se curten y trabajan las pieles, tuvo una época de mucha prosperidad, motivada principalmente por los contratos millonarios que establecieron con el gobierno de Estados Unidos durante las dos guerras mundiales. La Tenería era proveedora de la baqueta con la que se confeccionaban las botas, fornituras, guantes, chamarras, cintos y demás accesorios que portaba la milicia de ese país. Se dice que antes del conflicto armado también vendieron sus vaquetas a compañías japonesas y a la fábrica de zapatos “Bally” de Suiza. La industria zapatera, que prosperó mucho en esta ciudad de La Paz de la mano de los Sres. Quan Ley Yuen y Hong-Chong-Tai, era surtida por la tenería. Llegó a ser tanta la demanda de sus pieles que ya no se daban abasto los productores de ganado del territorio, por lo que tuvieron que comprar pieles en los estados vecinos de Sinaloa, Baja California, Sonora y Jalisco.
El proceso de curtido de pieles era muy sencillo: Se recibían las pieles y se metían a tinas que tenían una mezcla de cal y agua. En estas tinas se le removías todas las adherencias que tenía la piel y se arrojaban en un desagüe que las conducía hacia fuera de la Tenería (lo que ocasionaba olores poco agradables que se irradiaban a cientos de metros a la redonda). Teniendo la piel limpia, se procedía a sumergirla en otras tinas que contenían una tintura obtenida de manera natural de la corteza de los árboles “palo blanco”, el cascalote. Durante esta etapa del proceso se revolvía con aceites para que se adhiriera de manera permanente la tintura y le diera el color característico de la piel. Finalmente para extraer toda la humedad se metían a unas planchas con altas temperaturas. Se llegaron a contabilizar hasta 300 pieles diarias obtenidas en la Tenería.
En sus mejores años, la Tenería “Suelas Viosca” como la gente la llamaba, llegó a tener contratados hasta 300 empleados. Las jornadas de trabajo iniciaban a las 8 de la mañana, para posteriormente, a las 12:00 a.m. hacer un receso de 1 hora para la comida de los trabajadores; y posteriormente se continuaba la jornada hasta las 17:00 hrs. Estos horarios eran marcados por un silbato industrial. Su silbido se podía escuchar en toda la ciudad por lo que era utilizado como referencia por los paceños para definir su jornada de actividades.
A finales de los años veintes, llegó a la ciudad de la Paz, el estadounidense Arthur C. Nahl, el cual venía interesado en adquirir la Tenería y convertirla en una próspera empresa. Hizo una gran oferta económica a sus propietarios los cuales la aceptaron de inmediato. Durante los años en que el Sr. C. Nahl dirigió la empresa tuvo la magnífica idea de crear un equipo de beisbol, deporte que era su gran pasión, y empezó a reunir a los mejores jugadores dentro de las filas de sus empleados. Se dice que incluso llegó a contratar como trabajadores de la empresa, a jugadores de renombre que ya figuraban en las ligas del territorio o en los equipos del noroeste. Como haya sido, logró establecer este deporte en el gusto de los sudcalifornianos y, el “Equipo de Beisbol Viosca” llegó a ser considerado el mejor de todo el noroeste del país. Utilizando el barco de la empresa, el cual llevaba el nombre de “Viosca”, trasladaba a su equipo a los estados de Sinaloa y Sonora a disputar los grandes torneos del Pacífico mexicano, e incluso los equipos de estos estados venían a jugar a nuestra entidad. Al Sr. Arthur C. Nahl se debe la creación de la liga de beisbol “Paz-Cortés”.
Al finalizar la segunda guerra mundial y descender bruscamente las ventas de vaquetas, la compañía “Viosca” empezó a declinar reduciendo su producción hasta cantidades mínimas. Unos años después, en 1958, las instalaciones sufrieron un incendio, el cual se supo fue provocado. Durante este siniestro que tardó varias horas en ser controlado, debido a que en nuestra ciudad aún no existían un Cuerpo de Bomberos, los pocos materiales que había sufrieron graves daños así como los muros de los edificios. El último dueño que se conoce de estas instalaciones fue el Sr. Francisco García Quintanilla, el cual ya no pudo competir con la creciente entrada de artículos de piel de diferentes partes de México y del extranjero. Finalmente la Tenería “Suelas Viosca” cierra sus puertas en el año de 1960.
En la actualidad, una parte de lo que fueran sus grandes instalaciones, se encuentran ocupadas por negocios de venta de maquinaria y herramientas, un taller de reparación de motores para lanchas y un billar. Como recuerdo de sus años de gloria en que esta empresa fue muestra de la laboriosidad y bonanza de estas tierras, aún se puede apreciar la hermosa chimenea de ladrillo, la cual se alza a unos aprox. 20 metros de altura como retando al tiempo.
Bibliografía:
lapazqueseperdio.blogspot.com
torresquintero1928.blogspot.com
elvigia.net
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