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EL ARCHIVO HISTÓRICO “PABLO L. MARTÍNEZ”. LA CASA DE LA HISTORIA CALIFORNIANA.


 


Autor: Sealtiel Enciso Pérez

 

Hablar de la conformación del Archivo Histórico de Baja California Sur es mencionar uno de los episodios más fecundos de nuestra tierra, de una historia de amor a los hechos y protagonistas de los mismos que nos han dado identidad y presencia en todo el mundo. Nuestro Archivo Histórico cumple el día de hoy sus primeros 50 años de existencia, pero gracias a los vientos de cambio que soplan en la actualidad se verá fortalecido para cumplir muchos años más.

 

Desde la llegada de los primeros colonos europeos a estas tierras sus hazañas se vieron documentadas en los diarios de navegación que por obligación debían de llevarse en estos viajes. Algunos de estos diarios eran más prolijos que otros, por ejemplo los de las expediciones de Rodríguez Cabrillo y Francisco de Ulloa por su naturaleza de exploración y descubrimiento venían saturados de información de sitios y sucesos que acontecían en su día a día así como mapas de los recorridos que hicieron, sin embargo hubo otros bastante escuálidos como los documentos que se guardan de la expedición de Hernán Cortés a nuestra península, tal como si pareciera que el militar extremeño no quisiera dejar huella de su desastrosa visita.

 

Con la llegada de los jesuitas y el inicio de la colonización formal de nuestra California, se continuó con la reseña escrita de lo acontecido. Los gobiernos civiles que se establecieron desde aquellas épocas, resguardaron de forma más o menos sistemática documentos de distinta naturaleza y propósito. Al paso de los años todos estos documentos se fueron enriqueciendo con aquellos que emanaban de los poblados que se iban creando así como del registro del cúmulo de sucesos acontecidos en nuestra tierra durante la colonia, la independencia nacional, la reforma, el imperio de Maximiliano, el Porfiriato, la Revolución Mexicana, etc.


 

Lamentablemente no fue sino hasta finales de los años 60´s del siglo XX, que se decide investigar en dónde se encontraban almacenados estos documentos, los que existieran, con el fin de darles el tratamiento y el sitio privilegiado que deberían de tener como prueba de la historia viva de esta tierra Californiana. Ya don Pablo L. Martínez había reseñado que durante la invasión del filibustero William Walker a Baja California (1853) y su precipitada huída de nuestra ciudad de La Paz ante el temor de ser tomado prisionero por el ejército federal, huyó llevándose en su barco todo el Archivo General del Territorio. Afortunadamente una gran parte de este fue recuperado y regresado a esta ciudad capital.

 

Al pasar de los años y con la llegada a nuestra entidad del Lic. Hugo Cervantes del Río como gobernador del territorio (1965-1970), se empezaron a realizar una gran cantidad de obras de interés público para tratar de resolver el gran atraso que existía en la entidad en este aspecto. Fue para el año de 1959 que acude a nuestro territorio el emérito investigador Miguel León-Portilla para dar una serie de conferencias ante la comunidad de historiadores. Durante su estancia, el historiador León-Portilla empieza a indagar con las personas del gobierno territorial sobre la existencia de algún archivo o los documentos que se tuvieran sobre la historia de nuestra península. La tarea de buscar estos documentos le tocó al profesor Armando Trasviña Taylor, en ese entonces director de Acción Social y Cultural del gobierno del Territorio. Las pesquisas dieron resultado y se tuvo conocimiento que en un cuarto del piso superior de lo que era la cárcel municipal y delegación (el Sobarzo) se encontraban almacenados todos esos documentos. De inmediato se dieron a la tarea de rescatarlos y clasificarlos para iniciar con lo que fueran las bases del Archivo Histórico del Gobierno del Territorio. Fue una labor titánica ya que los documentos estaban amontonados sin el menor cuidado, muchos de ellos deteriorados por el paso del tiempo y la nula protección ante los fenómenos atmosféricos, el polvo y la fauna nociva. Gracias a la paciencia y trabajo del profesor Trasviña Taylor y el Sr. León-Portilla, los documentos quedaron debidamente resguardados y fue el 9 de mayo del 1959 en que el gobernador Cervantes del Río realizó la ceremonia en la que se da formal existencia a este recinto de la historia.

 


De acuerdo a lo indagado por el profesor e investigador Gilberto Ibarra Rivera en su libro “La Paz, ciudad y puerto mexicano Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos”, el trabajo inicial de investigación fue realizado por la Profra. Guadalupe Pérez San Vicente y Beatriz Artega Garza, enviadas por el Instituto de Investigaciones Históricas de la U.N.A.M., encargadas de ordenar, catalogar y brindar el adiestramiento del personal local, representados por Ernestina Sánchez, Blanca Estela Moyrón Fuentes y Virginia Acuña, quienes concluyeron la clasificación de las siguientes secciones: Justicia, Hacienda, Relaciones, Fomento y Gobierno. Posteriormente la organización definitiva quedó distribuida en los seis ramos siguientes: I. La Colonia (1744-1821), II. República Centralista (1822-1856), III. Reforma (1857-1875), IV. Porfiriato (1876-1910), V. Revolución (1911-1917), VI. Regímenes Revolucionarios (1917-1956).

 

Las personas que han tenido el gran honor de dirigir este repositorio han sido los siguientes: Virginia Acuña (1969-1971); José Andrés Cota Sandoval (1971-1975); Félix Lucero Félix (1975-1979), periodo que estuvo albergado en el Archivo General del Edo. y en 1977 adscrito a la Oficialía Mayor de Gobierno; Eligio Moisés Coronado (1979-1982); Blanca Estela Moyrón Fuentes, responsable de los servicios técnicos y en 1982 encargada de la dirección, pasando a depender nuevamente de la Dirección de Acción Social y Cultural del Gob. del Edo., a partir de 1983; Jorge Luis Amao Manríquez (1983-1992), a quien en 1986 le correspondió el traslado del Archivo en la planta alta de la Unidad Cultural Profr. Jesús Castro Agúndez; Leonardo Reyes Silva (1992-1999), en este periodo, pasó como dependencia del Instituto Sudcaliforniano de Cultura al crearse en 1994; Hilda Silva Bustamante (1999-2004) y Elizabeth Acosta Mendía, directora actual, a partir de 2004.


 

El 11 de enero de 1972 se le impuso el nombre del profesor e historiador cabeño Pablo Leocadio Martínez Márquez, que para efectos prácticos únicamente lleva el nombre de “Pablo L. Martínez”. El colocarle el nombre de este insigne sudcaliforniano no fue algo fortuito sino que fue en un justo reconocimiento a uno de los historiadores más destacados, y pese a no contar con una formación académica en historia ni muchos recursos para realizar sus indagaciones, pudo realizar una extensa obra de investigación así como de creación literaria de este género, la cual no ha podido ser igualada por nadie más hasta el momento.

 

De acuerdo a los datos de la obra ya mencionada del Profr. Gilberto Ibarra R., hasta el año 2012 se reportó en el Archivo Histórico la existencia de sus activos en las cantidades siguientes: 69 158 documentos en todos los ramos y AGE; en la sección cartográfica o mapoteca: 437 mapas, planos, diseños y croquis (siglos XVIII, XIX y XX); en la sección hemerográfica: 7437 periódicos, 914 diarios, semanarios o mensuales y 1653 boletines; en la sección de biblioteca: 5325 ejemplares, conteniendo bibliografía especializada, bibliografía general, guías archivísticas, informes de gobierno y revistas; material litográfico: 3850 fotografías: paisaje, personajes locales y nacionales; rubro de donaciones, creado por participación social: 4950 documentos recibidos; así como también registra una sección administrativa de 151 catálogos e inventarios.

 

En la actualidad el Archivo Histórico realiza una gran cantidad de actividades como son la presentación de conferencias sobre temas históricos, realización de cursos y talleres, exposiciones fotográficas, seminarios, presentaciones de libros sobre temáticas históricas. También cuenta con presupuesto para reimpresión de diversos libros sobre temas de historia regional y para impresión de nuevos escritos con este corte literario, también se han editado DVDs sobre las pinturas rupestres de San Francisquito. Además de lo anterior cuenta con personal para resguardar y preservar la gran cantidad de documentos que contiene, y ofrece una atención directa a los investigadores o usuarios que deseen conocer sus acervos.

 

El Archivo Histórico inició su funcionamiento en el año de 1959 en un edificio que se encontraba en el cruce de las calles 5 de mayo e/ Fco. I. Madero y Belisario Domínguez, después estuvo establecido durante 27 años en la planta alta de la Unidad Cultural “Profr. Jesús Castro Agúndez”, hasta que se llevó a cabo la construcción del moderno y funcional edificio, sito en las calle I. M. Altamirano entre M. de Legaspi y A. Navarro, inaugurado el 5 de noviembre de 2013.

 

Baja California Sur cuenta hoy con uno de los archivos históricos más fuertes y activos de todo México. La vasta obra literaria, sus modernas instalaciones y el sello característico de calidez que se le ha impreso a la atención de los usuarios y la preservación de sus acervos, nos hace desearle una larga vida, y que estos primeros 50 años que festeja hoy sea el presagio de una larga vida y de un crecimiento cada vez mayor y mejor.

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