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EL JARDÍN “MÁXIMO VELASCO” O “LA PLAZUELA. LA AÑORANZA DE UNA ÉPOCA, ¿YA IDA?





Autor: Sealtiel Enciso Pérez

Uno de los sitios más evocadores y emblemáticos de nuestro Puerto es sin duda su Plaza de Armas “Constitución” a la que la mayoría de la gente recuerda con el nombre coloquial de “El jardín Velasco” o para aquellos jóvenes nacidos antes de los 60´s la famosa “Plazuela”. Lugar que fue el epicentro de eventos extraordinarios como los “Carnavales” o los coloridos desfiles cívicos y militares.

El origen de este sitio se pierde en la penumbra del siglo XIX, no se tienen datos exactos de la fecha en que se empezó a destinar este cuadro, en la famosa Mesa Norte, para satisfacer la necesidad de establecer un sitio en donde, al igual que en cualquier otra ciudad del interior del país, los ciudadanos pudieran disfrutar de un descanso rodeados de árboles y que al mismo tiempo sirviera como centro de reuniones para escuchar orquestas y bandas así como espectáculos y verbenas populares. El sitio seleccionado quedó ubicado enfrente de lo que sería la entrada principal a la Casa de Gobierno, desde la cual despacharía el jefe político y militar del Distrito, y colindaba en la parte posterior con la recién construida Parroquia de Nuestra Señora de La Paz, la cual con el tiempo se consolidó en Catedral.

Se cuenta que para el año de 1880 ya existía este sitio, por lo que se piensa que el creador del espacio fue el coronel Andrés L. Tapia, mismo al que se le atribuye la colocación del nombre de “Jardín Máximo Velasco” como se le conocía entre los pobladores. Según relata el Profr. Eligio Moisés Coronado, “Velasco se hizo cargo de la jefatura política del Territorio el 28 de junio de 1875. Comenta don Adrián Valadés que “Velasco era un joven apreciabilísimo por sus cualidades personales…, un liberal sincero y progresista, justo, de una honradez acrisolada, ilustrado y de un criterio lleno de sensatez. El nuevo jefe político satisfizo las aspiraciones de la sociedad de La Paz.”
Su breve administración enfrentó serios desencuentros con el vicario apostólico Ramón Moreno y Castañeda, principalmente por el desacato de éste a las Leyes de Reforma. La contienda entre las autoridades política y religiosa dividió los ánimos de los paceños a pesar del espíritu conciliador que interpuso Velasco, al decir de don Adrián. Debido a una grave enfermedad que contrajo falleció casi a finales de 1875”. Debido a las obras realizadas a favor de este Territorio su memoria fue reconocida imponiéndosele el nombre a este bello espacio.

Poco a poco este espacio se convirtió en el centro de la convivencia de la sociedad porteña la cual gustaba de caminar alrededor de este sitio escuchando las notas melódicas de las orquestas que tocaban los fines de semana. Para un mejor y mayor disfrute de todos los asiduos visitantes, se mandó construir un hermoso Kiosco de madera (1890) sobre el cual se desarrollaban una gran cantidad de eventos. En el Jardín se mandaron plantar árboles entre los que sobresalían palmeras, laureles de la india, cactus y tamarindos. De ellos pendían en un principio candiles y posteriormente lámparas de petróleo, las cuales tenían la función de aluzar a los usuarios de este espacio.




Para los festejos del Centenario de la llamada “Guerra de Independencia” el gobierno del Territorio mandó remozar este lugar por medio de la pavimentación de ciertas áreas, remplazó las antiguas bancas de madera por otras de fierro y sembró un ahuehuete al cual se le llamó “Árbol del Centenario”. Fue también en esos años en que se colocó un Busto de Benito Juárez, el gran Patricio de Guelatao y Presidente de la República, sobre una columna y éste quedó ubicado enfrente de la Casa de Gobierno, dando la espalda a la Catedral. Finalmente se colocó sobre un pedestal de cemento una placa conmemorativa a la ocasión en que la gran cantante Ángela Peralta visitó nuestra ciudad y cantó ante la gran cantidad de pobladores que la esperaban al salir del sitio donde dio su último recital. “El Ruiseñor Mexicano” partió de este puerto de La Paz y fallecería menos de un mes después en el puerto de Guaymas, en el año de 1883.

Es importante mencionar que a principios de la década de los 40, cuando ocurrieron los desafortunados incidentes en que son hundidos los barcos “Potrero del Llano”, “Faja de Oro”, “Amatlán”, “Tuxpan” y “Oaxaca” por los submarinos Alemanes y que desemboca este incidente en el ingreso de nuestro país en el conflicto bélico más devastador del siglo XX, la llamada “Segunda Guerra Mundial”; se construye y devela un monumento, en el Jardín “Velasco”, en Memoria de los Mexicanos que murieron en ese fatal incidente.

Fue a principios de los 60s, con la llegada del nuevo jefe de gobierno del Territorio, el Gral. Bonifasio Salinas Leal, que realizó, a su capricho, una gran remodelación en el centro Histórico de la Ciudad, la cual involucró la destrucción total del añejo “Jardín Máximo Velasco”, de su hermoso Kiosco de madera, la remoción del busto de Benito Juárez (el cual fue entregado a la Logia Masónica de esta ciudad) y la construcción en su lugar, del Cine “Constitución” y otras oficinas de Gobierno. Incluso el nombre fue sustituido por el de “Plaza de Armas Constitución”. Fue hasta principios del año de 1981 que el Gobernador Angel César Mendoza Arámburo, sensible a las demandas de los paceños que querían de regreso este espacio, arrebatado de forma violenta y autoritaria, que se reconstruye el “Jardín Máximo Velasco”, demuelen el cine, colocando un Kiosco de cemento y metal y arbolan de nuevo este espacio tan de los paceños.

En el año 2000, la administración estatal realiza obras de remozamiento de este Parque, planta más árboles de ornato y construye una fuente que intenta ser una réplica del “Hongo o Copa de Balandra”. También se instala un asta bandera por la acera de la calle Francisco I. Madero la cual sirve ocasionalmente para realizar los honores a nuestro lábaro patrio.


Hace poco paseaba con mi familia bajo la sombra de los enormes árboles de tamarindo que se yerguen orgullosos e imponentes en la hermosa Plazuela. Al ver su kiosco, su fuente y los pasillos que corren en diferentes direcciones, traté de imaginarme cómo se vería este espacio 100 años atrás, de la alegría de los niños al corretear entre sus árboles, de la risa de las parejas que se enviaban miradas de amor de un lado a otro, de la mirada distraída de los mayores al escuchar las notas vibrantes de un vals o de una zarzuela… creí estar ahí. Gracias te doy Plazuela mía, que fuiste, eres y serás un símbolo de los bellos tiempos que aún siguen en esta ciudad de La Paz.



Bibliografía:

Calles y Monumentos de la ciudad de La Paz, B.C.S. – Profr. Leonardo Reyes Silva.
es.wikipedia.org
cedohublog.wixsite.com
colectivopericu.net


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